Cuando el dueño de Netflix lanzó en Bogotá el canal más poderoso del mundo
Las2Orillas
En septiembre de 2011 Reed Hastings aterrizó en Bogotá. Venía a cumplir una cita: lanzar Netflix en Latinoamerica. El periodista y consultor de comunicaciones Ramón Jimeno se había encargado de todos los preparativos. Ramón había conocido en Nueva York en sus años de corresponsal y de buena rumba, a quienes con los años se convertirían en los magnates de la televisión por cable, con Reed Hastings a la cabeza. Era el contacto perfecto para empezar el negocio en Colombia y lo buscaron.
La llegada de Netflix a Colombia no seria distinta a la de otros países. “Nos hizo una exigencia muy clara, que en el evento de lanzamiento que preparamos con cientos de invitados –estrellas y personalidades– no hubiera ningún político, nada de congresistas ni funcionarios”, recuerda Jimeno, encargado del lanzamiento en Bogotá. Jimeno acompañó de cerca a Hastings durante los días en que estuvo en el país y constató que lo último que le interesaba al magnate era la formalidad institucional. “Recorrimos Bogotá sin guardaespaldas, traía una guía con algunos sitios marcados y me pidió que lo acompañara. Fuimos a La Candelaria, al Museo del Oro, a la Plaza de mercado del Restrepo, a restaurantes de comida criolla y a muchos sitios de movida juvenil, quería saber qué hacían los jóvenes y en cambio no le interesaba nada del poder, nada de burocracia, nada de gobierno”.
El día del lanzamiento se instalaron treinta pantallas en el hotel Marriot para que los invitados, empresarios, actores, productores y cineastas latinoamericanos, disfrutaran de la oferta de contenidos Netflix. Concluida la fiesta, al otro dia, Hastings inició su plan de trabajo en Bogotá. Visitó los canales Caracol y RCN con los que cerró negocios millonarios de compra de archivos y contenido audiovisual para su aterrizaje en Colombia. Hizo lo propio con varias productoras independientes. Buscaba ansiosamente contenidos. Sólo en 2016 planea invertir 6 mil millones de dólares para adquirir nueva programación.
Netflix nació de una rabieta en 1997. Hastings era un matemático con post grado e inteligencia artificial de Stanford de 37 años que alquilaba películas, como todos, en Blockbuster para entretenerse en la casa. Un dia olvidó regresar la cita alquilada, Apolo 13, por lo que recibió una multa de 40 dólares. La ira le disparó su chispa creativa: ¿no habrá otra forma de distribuir las películas? Tuvo dos ideas: soluciones: utilizar el servicio de mensajería para recibir y devolver los DVD o aprovechar la tecnología y crear un canal para ofrecer las películas de manera ágil sin necesidad de tener cintas en físico. Nacía Netflix.
Han pasado cinco años desde entonces y Netflix está en 190 países, tiene 81 millones de suscriptores en el mundo (según Forbes) lo cual le representa ingresos netos a la compañía por $1,813 millones de dólares y en Colombia ya son unas 700 mil personas, esta última una cifra no confirmada por la compañía (aunque en 2014 la firma TV Digital Research Limited ubicaba a la compañía con cerca de 535.000 suscriptores) . Netflix espera cerrar el año logrando un objetivo crucial: el acceso a China, el país más poblado del mundo con 1.380 millones de habitantes. De alcanzarlo la compañía será, definitivamente, la primer empresa televisión moderna con usuarios en todas las latitudes del mundo (los lunares se limitaran a Crimea, Cora del Norte y Siria, donde el servicio no está disponible por las restricciones que el gobierno de Estados Unidos impone a las compañías norteamericanas por razones políticas). El acceso a China está siendo negociado y todo el mundo está atento de observar qué restricciones o condiciones impone el coloso de Asia a Netflix.
El año pasado regresó a Colombia lanzar Narcos, la historia de Pablo Escobar y el cartel de Medellin que bate records de audiencia en todo el mundo. Su protagonista, el brasilero Wagner Moura, ha sido invitado a los programas de entrevistas de Jimmy Fallon y Jay Leno y la revista Variety la consideró la serie más adictiva desde Breaking bad. Además de la inspiración para la creación de contenidos, ha logrado una importante cosecha con aproximadamente más de 700 mil suscriptores, aunque Netflix no confirma oficialmente esta cifra, y pagan alrededor de $22.900 mensuales (por la suscripción estándar según su página web) lo que les significaría un ingreso aproximado de 15 mil millones (si todos sus suscriptores contaran con la suscripción estándar), que sin pagar impuestos, salen directamente de Colombia a Estados Unidos donde son depositados en las cuentas de la compañía en Estados Unidos (3,2 millones de dólares) a través de pagos con tarjetas de crédito.
Una expansión lograda sin oficina ni empleados ni representantes, a puntas de boca a boca por la calidad de su oferta y que se ha dado el lujo de convertirse en un estudio en donde directores como David Finsher, Baz Luhrmann o estrellas como Kevin Spacey o Winona Ryder caminan por los pasillos de su centro de operaciones en el pequeño pueblo de Los Gatos en California. El éxito de House of Cards, Stranger things, Narcos o The get down garantiza que Netflix es el futuro no sólo de la exhibición sino de la producción de la televisión mundial.
En sólo 10 años la rabieta de una multa en la ya desaparecida cadenas de alquiler de videos Blockbuster, se le transformó a Reed Hastings en una compañía que se cotiza hoy en día en los 45.000 millones de dólares.